Cómo crear un blog
Si eres de esas personas que alguna vez han pensado en crear un blog o página web, pero todavía no han dado el paso por desconocimiento sobre el tema, te animamos a leer estos consejos básicos que te vendrán muy bien para empezar.
Crear un blog puede ser tarea de minutos o de meses, al igual que puede ser gratis o suponer un desembolso de dinero en función de las características solicitadas. Todo depende del uso que le quieras dar al sitio y el resultado que pretendas obtener.
Lógicamente cuando hablamos de un blog nos referimos a un sitio en el que interactuar con otros usuarios, creando contenidos orientados a gustos personales, reflexiones etc… Otra cosa completamente diferente son los sitios web, como los de empresas, periódicos, etc, que habitualmente suelen ser más complejos y pesados, incluso en algunas ocasiones completamente estáticos.
Por lo tanto, partimos de la base de que lo que buscas es crear un blog, y que siendo principiante, no querrás complicarte mucho la vida.
La primera decisión que tienes que tomar es si quieres comprar o no un dominio propio. Un dominio es la dirección base de tu web. Hay gran número de extensiones, aunque las más usadas son .COM, .NET y .ORG. Su precio ronda los 10 dólares al año dependiendo de la empresa registradora que escojas. Nuestro consejo es que te hagas con un dominio propio para tu blog, al tratarse de una inversión mínima. Hace que la dirección de tu sitio sea mucho más fácil de recordar, y le da un aspecto mucho más profesional y cuidado. Eso sí, no todos los dominios están disponibles. Pero puedes probar y buscar tu dominio en la web de cualquiera de los registradores más conocidos, como pueden ser GoDaddy, Name, Hostgator, Banahosting, Aruba, Arsys, Acens… También puedes contratar un domino conjuntamente con hospedaje. De hecho la parte del hospedaje es la que te explicamos a continuación.
Una vez tomes la decisión acerca del dominio, deberás meditar si tu web estará en un servidor de pago o recurrirás a plataformas gratuitas como Blogger, WordPress.com o Tumblr, que te permiten crear tu propio blog en unos pasos muy sencillos y sin que prácticamente sean necesarios conocimientos de administración web. Te registras, elijes una apariencia, rellenas unos cuantos datos, y a escribir, sin preocuparte de nada más. Los servidores gratuitos suelen dar muy buen rendimiento, sin embargo no tienes el control total sobre el blog, y existen limitaciones, sobre todo a la hora de instalación de plugins o scripts externos. (Cuando hablamos de plugins, scripts, plantillas y demás, nos referimos a diversas funcionalidades o apariencias que puedas aplicar en tu sitio).
En un servidor de pago normalmente se tiene más libertad, aunque todo depende del tipo de servidor contratado. Los compartidos son aquellos que almacenan muchas webs de diferentes usuarios. Suelen ser asequibles y responder a las exigencias de cualquier principiante. Los problemas vendrán si el número de visitas excede la capacidad del servidor, o el blog se vuelve demasiado pesado como para que un servidor compartido pueda servirlo a los visitantes de manera fluida. Esto será una buena señal, porque indicará que tu blog tiene mucho éxito.
Algunas empresas de hosting establecen también establecen limitaciones para el ancho de banda usado para la transferencia de datos… Si todo eso se sobrepasa es cuando convendrá pasar a un servidor dedicado. Al contrario que los compartidos estos almacenan sólo nuestro blog. También existen los VPS, más económicos que los dedicados al ser, resumiendo y para que se entienda, unos pocos “dedicados virtuales” juntos en un mismo servidor. Sin embargo, en los hospedajes de pago necesitarás unos mínimos conocimientos para manejar el panel de control o manejar archivos vía FTP. Es bastante fácil, y en Google podrás encontrar gran cantidad de ayuda para hacerlo. En el caso de los VPS y los dedicados, pueden estar administrados por la propia empresa de hospedaje (aumentando el coste considerablemente), pero igualmente necesitarás conocimientos algo más avanzados.
Los hosting de pago suelen incluir además servicios de e-mail con el dominio que elijamos, estadísticas, bases de datos (necesarias para que funcionen todos los gestores de contenido de hoy en día) y herramientas varias.
El caso es que si te decides por un hosting de pago necesitarás elegir una plataforma sobre la cual trabajar, denominada con las siglas CMS que significan en español gestor de contenidos. Normalmente los hosting suelen incluír instaladores automáticos con los que con un par de clicks podrás tener instalado y funcionando tu CMS. Los más usados en la actualidad son WordPress, Joomla y Drupal. Todos son gratuitos. Si buscas algo sencillo y potente, tu elección debe ser WordPress, sin desmerecer a las otras alternativas, que en algunos casos pueden ofrecer prestaciones superiores. Pero para blog personal y usuarios con conocimientos básicos, WordPress es el más indicado.
Una vez tengas todo en marcha sólo te quedará escribir y hacer crecer tu blog. Esto se logra ofreciendo contenido de calidad y poniendo en práctica técnicas de optimización interna como la buena elección de títulos, el uso de negritas en las palabras importantes, uso de imágenes, evitar errores en el blog… Aparte tendrás que llevar a cabo tareas externas, como la promoción en redes sociales, conseguir que otros sitios consideren tu contenido relevante y te enlacen, etc…
Por supuesto tendrás la opción de monetizar tu blog con publicidad. Existen diferentes formas de incluir anuncios en tu sitio. Bien sea con banners, vídeos o enlazando palabras del texto… Hay muchas empresas que se dedican a esto. Algunas de las más conocidas son Adsense, Adpv, Impresiones Web, Be On, Infolinks. Sólo tienes que seguir sus instrucciones para introducir los códigos en tu web y ganar dinero con ellos.
Entendemos que esta mini guía puede resultar algo pesada o que haya puntos que no comprendas o no hayan sido recogidos. Por eso, si tienes cualquier duda te invitamos a utilizar la sección de comentarios y seguro que alguien te brinda ayuda. Sólo nos queda desearte mucho éxito si finalmente te decides a abrir tu propio espacio en la red.
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