Cómo triunfar en los negocios
Para triunfar en los negocios no sólo es necesario tener una buena idea, sino también poseer ciertas cualidades personales para gestionarla con éxito. Tener una mentalidad abierta, poseer capacidad de escucha, ser ágil en la toma de decisiones, saber delegar y aprender de los errores son algunas de las cualidades para triunfar en los negocios.
Una mentalidad abierta
Tener una mentalidad abierta es fundamental para cualquier emprendedor o empresario. Esto supone tener la capacidad de escuchar argumentos contrarios a los propios, valorarlos y tenerlos en cuenta para decidir. Muchas veces los negocios exigen realizar un viraje, cambiar el rumbo para alcanzar el objetivo. Para ello es necesario poder considerar otras opiniones diferentes y poder estudiarlas sin considerarlas un ataque a nuestros principios. La amplitud de miras proporciona más oportunidades de negocio que quedarse estancado en un pensamiento. Las personas que han triunfado en los negocios saben que es necesario estudiar muchas posibilidades para encontrar la opción precisa para su proyecto.
Capacidad de escucha
El empresario o emprendedor que no escucha está abocado a encontrarse una y otra vez con los mismos problemas en la gestión y desarrollo de su negocio. La capacidad de escucha facilita la comunicación más que ninguna otra habilidad, permite valorar otras opciones y procura el entendimiento entre las personas. Además, escuchar activamente da la oportunidad de encontrar soluciones y nuevas vías de negocio. Los clientes, la competencia y el equipo de trabajo pueden aportar interesantes puntos de vista si se les sabe escuchar. En la actualidad y cada vez más, las empresas centran sus esfuerzos en escuchar a los clientes para poder ofrecerles el producto que demandan.
Rapidez de decisión
En el mundo de los negocios, reaccionar con celeridad es fundamental. En la toma de decisiones todavía lo es más, ya que postergar una decisión más de lo debido puede ocasionar perder una interesante oportunidad para siempre. La rapidez de decisión es indicativa, también, de la política general que se sigue en una empresa: si las líneas generales están claras, será mucho más fácil decidir si algo es conveniente para el negocio o no. Un buen equipo de asesores que conozcan la idiosincrasia del negocio y que estén implicados en él puede resultar fundamental para tomar decisiones en el marco empresarial.
Saber delegar
En todos los negocios llega un momento en el que hay que comenzar a delegar funciones y responsabilidades en otras personas. No podemos pretender hacernos cargo de todas y cada una de las tareas de la empresa si realmente queremos que el negocio prospere. Para poder delegar en otros hay que confiar en uno mismo y en los demás; en uno mismo, para saber que se está tomando la decisión correcta y, en los demás, porque habrá que dotarles de autonomía suficiente para puedan realizar su trabajo. Aferrarse al mando e intentar acaparar todas las tareas es la mejor forma de impedir el crecimiento de un negocio.
Aprender de los errores
En toda gestión humana existe siempre un margen de error. Equivocarse es una opción que, en muchas ocasiones, ha dado lugar a grandes éxitos empresariales. La cuestión es saber analizar el error, conocer sus causas y aprender de él. Una buena gestión de un error puede dar lugar a diseñar un producto o un servicio mejor. La clave está en verlo como una oportunidad de crecimiento, no como una derrota. Los errores siempre nos indican los puntos débiles de nuestro negocio o gestión; ponerles remedio puede suponer la gran diferencia entre un negocio que no termina de arrancar y otro que despega.
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