Saber delegar y rodearse de un buen equipo de trabajo son dos condiciones imprescindibles para hacer que un negocio funcione. Muchos directivos y emprendedores fallan en este punto y por ello sus empresas se estancan y no logran salir de la misma situación. A menudo lo que sucede es que se tiene una idea errónea sobre lo que implica delegar responsabilidades en los demás y una misma persona pretende acaparar todas las funciones en sí misma. De esta manera lo único que consigue es impedir el crecimiento del negocio.

 

Reconocer las propias limitaciones

Reconocer que no podemos abarcarlo todo es el primer paso para poder delegar. Un buen empresario debe conocer sus puntos fuertes y explotarlos al máximo, igual que reconocer sus debilidades y ponerles remedio. Todos somos humanos. Tenemos límites y barreras y la mejor forma de superarlas es con ayuda de los demás. Un negocio tiene que centrarse en el producto o servicio que ofrece y hacerlo de la mejor forma posible para destacar sobre la competencia. Del mismo modo, el empresario debe enfocarse en sus aptitudes, centrarse en lo que mejor sabe hacer y llevarlo al máximo nivel. A partir de aquí, el camino es fácil si se cuenta con la ayuda de otras personas cuyas habilidades den respuesta a nuestras carencias, pues así formaremos un equipo completo y capaz de sacar adelante cualquier proyecto.

 

Delegar ciertas tareas incrementa el rendimientoDelegar es una oportunidad, no una amenaza

Cuando se gestiona un negocio hay muchos frentes que atender. Desde el control de las finanzas, pasando por la planificación del producto o servicio hasta el contacto último con el cliente, entre otros. Al principio, sobre todo en los negocios pequeños y en los unipersonales, es el propio empresario el que realiza todas las funciones. Pero si se desea crecer y prosperar es necesario delegar tareas en otros.

Delegar nos da la oportunidad de centrarnos en lo que realmente sabemos hacer y dejar que otros expertos se dediquen a los temas que dominan y trabajen para nosotros. Es posible que nos podamos defender con todo, pero no es una opción práctica. El tiempo es un bien muy preciado en los negocios y debemos emplearlo con tanta inteligencia como el dinero. Delegando tareas conseguimos ganar en tiempo y en eficacia, ya que cada profesional desarrolla el ámbito que domina.

 

Rodearse de colaboradores de confianza

La confianza en el equipo de trabajo es el motor que impulsa el crecimiento de cualquier negocio. Confiar significa dejar a cargo de otros determinadas áreas sabiendo que las gestionarán del mejor modo posible. Tendrán que tomar decisiones y actuar en consecuencia. La capacidad para realizar las tareas encomendadas y la confianza que nos inspiren son las claves para elegir un equipo de trabajo.

Se trata de que los colaboradores actúen y tomen decisiones que se encuentren en sintonía con el negocio. Para ello es necesario formarles en la política interna y en la filosofía de la empresa ya que, de este modo, podrán actuar con independencia y en  favor del negocio. Rodearse de un buen equipo forma parte de las capacidades que ha de tener un empresario de éxito y es imprescindible para triunfar en los negocios.