Cómo negociar con éxito
La negociación es un proceso natural en el mundo de la empresa. Desde negociar el precio del alquiler de un local, a las condiciones laborales de los empleados hasta la comercialización de un producto, la negociación supone la capacidad de alcanzar acuerdos y de pactar con otro para lograr algo.
Sin embargo, no todos los empresarios son capaces de abordar esta tarea con soltura. A menudo están en juego importantes cuestiones para la empresa y eso hace aflorar los nervios y el estrés. Para evitarlo, podemos hacer uso de una serie de estrategias para negociar con éxito y salir airosos de cualquier clase de negociación.
La estrategia ganar-ganar
Del inglés win-win, esta estrategia se basa en el espíritu mismo de un negocio: que todas las personas que tomen parte de él salgan beneficiadas. Afrontar una negociación sabiendo que ambas partes deben salir ganando proporciona la tranquilidad y el aplomo necesario para llegar a un acuerdo satisfactorio. Encarar una negociación de otra forma supone que una de las dos partes saldrá perdiendo y que el proceso será largo y difícil.
Riesgos, los justos
Toda negociación supone un riesgo, ya que es previsible que después de ella la situación previa cambie. Y aunque está claro que habrá que asumir cambios, no es imprescindible correr riesgos innecesarios.
Las empresas saben hasta dónde pueden arriesgar y hasta dónde no, y es fundamental que esa línea quede clara antes, incluso, de empezar a negociar. Alcanzar un acuerdo sabiendo que los cambios podrán ser asumidos sin problemas ayuda a lograr soluciones más fructíferas.
Establecer prioridades
Al igual que en cualquier otra reunión en la que se marca un orden del día, con más motivo debe hacerse en una negociación. En este caso, el orden del día se sustituye por una lista de prioridades conformada por los temas o asuntos que deben quedar resueltos al finalizar la negociación. De esta manera garantizamos que no habrá ningún cabo suelto al terminar la reunión. Debemos ser prácticos y resolver los asuntos más apremiantes; el factor tiempo puede ser el que decida por nosotros si no tomamos las riendas antes.
Comunicarse con el interlocutor
Entender al otro y hacerse entender es una de las piedras angulares de la negociación. No basta con hablar el mismo idioma. Es necesario establecer una sintonía personal para que la comunicación sea fluida y precisa. Si ambas personas tienen intereses similares y trabajan para lograr el mismo objetivo es más fácil que se entiendan. Emplear los mismos términos para denominar a las cosas y escuchar activamente nos puede ayudar a alcanzar un acuerdo con mayor facilidad.
Practicar el arte de negociar
En muchos países, la negociación forma parte de la vida. Como cualquier otra habilidad, se puede aprender y mejora con la práctica. Algunos profesionales de alto nivel son instruidos por equipos especializados cuando ascienden de nivel para aprender el arte de negociar. Alcanzar acuerdos, formar alianzas y establecer nuevas vías de expansión empresarial son tareas necesarias para que un negocio crezca y requieren de altas dosis de conocimiento del proceso negociador. Dedicar un tiempo al aprendizaje de estas habilidades rendirá, sin duda, altísimos intereses a corto, medio y largo plazo.
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